Halloween: por qué las brujas y no los brujos fueron a la hoguera
Me encontré con este artículo y pensé que sí que me gustaría enseñarle a mi hija como cada año hago de cada fiesta e introduzco una cosa más, además de lo lúdico, lo histórico, los motivos...etc.
Este año ya cumple diez años, depués de Halloween y es su fiesta favorita, asi que la voy a aprovechar para introducir este tema, no como está expuesto en el artículo, pero si con explicaciones históricas que sirvan para entender por qué brujar y no brujos.
Os lo dejo aquí.
La celebración, este viernes 31, de Halloween o Noche de Brujas, invita a preguntarse por qué durante tres siglos se eliminó a las brujas y casi a ningún brujo; y a plantearse si fue verdaderamente la superstición el motivo de tal matanza.
La caza de brujas. Esta práctica tuvo lugar en Europa entre 1450 y 1750, al final de la Edad Media y comienzo del Modernismo, cuando el libre pensamiento florecía con la invención de la imprenta, lo que añade sorpresa: ¿por qué justo en ese momento?
En 1484, Inocencio VIII emitió la bula "Summis Desiderantes", que le dio base legal a la Inquisición para perseguirlas.
En 1487, dos monjes dominicanos publicaron el Malleus Maleficarum (El Martillo de las Brujas), un manual de aplicación práctica de la bula para magistrados e inquisidores.
El "Constitutio Criminalis Carolina" del emperador Carlos V, ilegalizó en 1532 la brujería, el aborto y la anticoncepción.
Martín Lutero quería "matar a todas las brujas"; Juan Calvino, pedía que las "exterminaran"; y William Perkins proponía eliminar a las "buenas": "Sería mil veces mejor si todas las brujas, pero especialmente las brujas beneficiosas, sean matadas", decía.
Entre 1450 y 1750 hubos al menos 110.000 procesos que terminaron en unas 60.000 ejecuciones, la mayor parte en Polonia, donde se mataron 10.000, según se lee en "La caza de las brujas en la Europa Moderna", de Brian Levak.
Católicos, protestantes, puritanos y anglicanos se sumaron a este cometido; sólo las iglesias orientales no participaron.
En Europa continental las quemaban vivas; en Inglaterra y Estados Unidos, las ahorcaban. En los juicios de Salem se apresó a Dorcas Good, de sólo 4 años, por ser hija de una "bruja"; y en 1615, a la madre del astrónomo Johannes Kepler, que pasó un año en prisión.
El interrogante. ¿Por qué, si había brujos, se les endilgaba sólo a ellas una supuesta comunión con el Diablo? La respuesta podría estar en la Biblia, donde es frecuente asociar a la mujer con "el Mal". El Exodo 22.18 sentencia: "A la hechicera no la dejarás que viva".
Pero la brujería no fue la razón sino la excusa. El motivo fue eliminar a las mujeres que proveían de hierbas abortivas y anticonceptivas a sus congéneres, en un momento en que se estimó necesario alentar la concepción, porque la epidemia de "peste negra" había aniquilado a un tercio de la población europea.
Pura excusa. Por entonces los médicos sólo asistían a las cortes o a los señores feudales y les estaba prohibido revisar a una mujer; eran las comadronas o improvisadas parteras quienes ayudaban en el alumbramiento y proveían las hierbas para evitar otro embarazo.
En el siglo XV, como secuela de la peste, sobrevino el derrumbe del sistema feudal a causa de la pérdida de esclavos, lo que afectó especialmente a la Iglesia, que poseía el 30% de las tierras y vivía del cobro de impuestos.
A fin de repoblarlas, se predicó la procreación sin límites como un deber ante Dios; y el conocimiento herbológico de control natal que poseían las parteras, fue destruído junto con ellas.
Por eso el Malleu Maleficarum decía: "Nadie es más peligrosa y perniciosa a la Fe Católica que las parteras (...) Las Brujas que lo son matan en variadas formas el niño concebido en el vientre y procuran un aborto; y ofertan al recién nacido a los diablos."
Europa logró duplicar, de este modo, en un par de siglos su población ya que, según estudios etnológicos, de la media de 3,3 hijos vivos por familia que había en el siglo X, se pasó entre los siglos XVI y XIX, a 6.5 hijos. Total que, hacia 1750, ya no hizo ninguna falta seguir quemando brujas y la cacería concluyó.
A diferencia de sus antecesoras, las mujeres de la Europa cristiana de aquel tiempo lo ignoraron todo sobre prevención, lo que en "Contracepción y aborto de la Antigüedad al Renacimiento", llevó a J.Riddle a plantear que "es intrigante por qué tan pocos saben lo que antes todos sabían."
Por su parte, en "Plantas usadas como contraceptivos en la América del Norte indígena", K.Krag dijo que los nativos usaban más de 200 plantas y raíces abortivas y anticonceptivas.
¡Eureka! Pero los colonos continuaron procreando tupido en América, pues al exterminar a los nativos, se perdieron de conocer tales métodos, hasta que, ¡Eureka, en 1960 apareció la píldora!
Dicho esto, ¿qué ganas quedan de festejar Halloween, en la víspera de Todos los Santos? Pensándolo bien, si se llevan preservativos y contraceptivos orales en vez de calabazas y escobas, esta Noche de Brujas podría ser fantástica.
La caza de brujas. Esta práctica tuvo lugar en Europa entre 1450 y 1750, al final de la Edad Media y comienzo del Modernismo, cuando el libre pensamiento florecía con la invención de la imprenta, lo que añade sorpresa: ¿por qué justo en ese momento?
En 1484, Inocencio VIII emitió la bula "Summis Desiderantes", que le dio base legal a la Inquisición para perseguirlas.
En 1487, dos monjes dominicanos publicaron el Malleus Maleficarum (El Martillo de las Brujas), un manual de aplicación práctica de la bula para magistrados e inquisidores.
El "Constitutio Criminalis Carolina" del emperador Carlos V, ilegalizó en 1532 la brujería, el aborto y la anticoncepción.
Martín Lutero quería "matar a todas las brujas"; Juan Calvino, pedía que las "exterminaran"; y William Perkins proponía eliminar a las "buenas": "Sería mil veces mejor si todas las brujas, pero especialmente las brujas beneficiosas, sean matadas", decía.
Entre 1450 y 1750 hubos al menos 110.000 procesos que terminaron en unas 60.000 ejecuciones, la mayor parte en Polonia, donde se mataron 10.000, según se lee en "La caza de las brujas en la Europa Moderna", de Brian Levak.
Católicos, protestantes, puritanos y anglicanos se sumaron a este cometido; sólo las iglesias orientales no participaron.
En Europa continental las quemaban vivas; en Inglaterra y Estados Unidos, las ahorcaban. En los juicios de Salem se apresó a Dorcas Good, de sólo 4 años, por ser hija de una "bruja"; y en 1615, a la madre del astrónomo Johannes Kepler, que pasó un año en prisión.
El interrogante. ¿Por qué, si había brujos, se les endilgaba sólo a ellas una supuesta comunión con el Diablo? La respuesta podría estar en la Biblia, donde es frecuente asociar a la mujer con "el Mal". El Exodo 22.18 sentencia: "A la hechicera no la dejarás que viva".
Pero la brujería no fue la razón sino la excusa. El motivo fue eliminar a las mujeres que proveían de hierbas abortivas y anticonceptivas a sus congéneres, en un momento en que se estimó necesario alentar la concepción, porque la epidemia de "peste negra" había aniquilado a un tercio de la población europea.
Pura excusa. Por entonces los médicos sólo asistían a las cortes o a los señores feudales y les estaba prohibido revisar a una mujer; eran las comadronas o improvisadas parteras quienes ayudaban en el alumbramiento y proveían las hierbas para evitar otro embarazo.
En el siglo XV, como secuela de la peste, sobrevino el derrumbe del sistema feudal a causa de la pérdida de esclavos, lo que afectó especialmente a la Iglesia, que poseía el 30% de las tierras y vivía del cobro de impuestos.
A fin de repoblarlas, se predicó la procreación sin límites como un deber ante Dios; y el conocimiento herbológico de control natal que poseían las parteras, fue destruído junto con ellas.
Por eso el Malleu Maleficarum decía: "Nadie es más peligrosa y perniciosa a la Fe Católica que las parteras (...) Las Brujas que lo son matan en variadas formas el niño concebido en el vientre y procuran un aborto; y ofertan al recién nacido a los diablos."
Europa logró duplicar, de este modo, en un par de siglos su población ya que, según estudios etnológicos, de la media de 3,3 hijos vivos por familia que había en el siglo X, se pasó entre los siglos XVI y XIX, a 6.5 hijos. Total que, hacia 1750, ya no hizo ninguna falta seguir quemando brujas y la cacería concluyó.
A diferencia de sus antecesoras, las mujeres de la Europa cristiana de aquel tiempo lo ignoraron todo sobre prevención, lo que en "Contracepción y aborto de la Antigüedad al Renacimiento", llevó a J.Riddle a plantear que "es intrigante por qué tan pocos saben lo que antes todos sabían."
Por su parte, en "Plantas usadas como contraceptivos en la América del Norte indígena", K.Krag dijo que los nativos usaban más de 200 plantas y raíces abortivas y anticonceptivas.
¡Eureka! Pero los colonos continuaron procreando tupido en América, pues al exterminar a los nativos, se perdieron de conocer tales métodos, hasta que, ¡Eureka, en 1960 apareció la píldora!
Dicho esto, ¿qué ganas quedan de festejar Halloween, en la víspera de Todos los Santos? Pensándolo bien, si se llevan preservativos y contraceptivos orales en vez de calabazas y escobas, esta Noche de Brujas podría ser fantástica.
Fuente : http://archivo.lavoz.com.ar/nota.asp?nota_id=445251
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