Hola grupo,
Ha salido a la palestra el hecho de saber cómo y cuándo decirle a nuestros hijos, hablarles a nuestr@s hij@s sobre sus altas capacidades
Aunque hace mucho tiempo escribí un artículo sobre este tema que publiqué en ASA MÁLAGA, ya me resulta difícil su recuperación y por ello y porque ha salido el tema en el grupo de altas capacidades, expreso mi opinión, cómo una más de las que allí se han forjado.
Yo soy partidaria de que mi hija sepa lo que es. De hecho lo sabe desde bien chiquita y me acuerdo que la psicóloga de centro AS, Gloria Pavón, me decía , hay que ver lo bien que lleva María lo de las diferencias….
¿ Por qué motivos son partidaria?
En primer lugar por derecho propio. Creo que tod@s tenemos derechos a saber de y sobre nuestras diferencias. El sentimiento de diferencia es un sentimiento difícil de asimilar , si emocionalmente te lo aclaran, creo que te están facilitando enormemente el camino, si además esa aclaración viene desde la naturalidad creo que todavía más y si además viene desde tu propia familia creo que todavía más.
En segundo lugar ellos conviven con etiquetas con SUPERDOTADOS o SUPERDOTADAS, etiquetas que para empezar y para terminar jamás me han gustado, nunca me ha gustado poner la palabra Super a un niño por delante, porque los Superhéroes son cosas de niños que realizan acciones impropias de niños, que jamás tienen superpoderes. Con lo cual, creo que una niña, en este caso la mía , tiene que saber defenderse ante esa palabra. Y tener conocimiento de que no es super en el término de superior a nada, ni a nadie, ni para hacer nada, ni para demostrar nada a nadie.
Tiene que tener claro que tod@s y todas tenemos capacidades diferentes.
Tiene que asimilar que las suyas son diferentes por lo alto, pero no por ello la hacen superior a nada ni a nadie, como insistí antes.
Tiene que asimilar que cualquier capacidad si no se curra y se trabaja no sirve absolutamente de nada. Que es la constancia , el esfuerzo y el trabajo, lo que te llevan a saber manejar el instrumento. En este caso su cerebro o las destrezas que de él se puedan desprender.
Tiene que ser consciente de que no puede ser objeto de burlas y que si lo es tiene que tener herramientas verbales para saber dar respuesta.
Tiene que tener claro que estamos en un mundo plural en el que ¡ Viva la Diferencia ! y que la diferencia es positiva y la aceptación de la misma más.
Por ende tiene que asimilar que su diferencia está por arriba de otras diferencias. Es como siempre le he dicho el coche de carreras en el que va tiene una velocidad máxima, pero el coche de carreras a velocidad máxima también tiene sus desventajas, va concentrado en esa sola misión, se pierde lo lento, el paisaje, el disfrute de la lentitud. Por eso ese coche de carreras tiene que buscar un equilibrio. Los otros, que quizá lleven coches más lentos también te aportan.
Cuando te juntas con otros que llevan coches de carreras que van a tu misma velocidad disfrutas, por eso vamos a ASA, para que conozcas coches de carreras que vuelan.
Pero, por eso nos juntamos también con Ruben, que es su amigo síndrome de Down, para que sepas ponerte a otra velocidad y sacar conclusiones. Y saber ayudar y ejercitar la paciencia y saber esperar y vivir a otros ritmos.
Otra cosa muy importante a subrayar es que nuestras diferencias siempre aportan a los demás, e intento que tenga muestras de esa diferencias, Rubén es una de ellas, ir a plantar árboles con Adecco fundación de personas con discapacidades es otra de ellas, ver las chuladas de dibujos que hace Edu, el hijo con autismo de mi amiga Amparo es otra de ellas. Allá dónde vas encuentras talentos. No son como el tuyo, pero desde luego engrandecen la sociedad y el mundo en el que vivimos. La responsabilidad social, que también se puede trabajar con las altas capacidades, al tener conocimiento, va unida a su alto sentido del valor de la justicia, que en su mayor parte lo tienen y hay que potenciar y no perder.
Por eso hacemos mandalas e intentamos relajarnos, para que la velocidad no sea siempre un escalofrío en el cuerpo y un sudor permanente.
Por eso si tocas el violín practicas también con el lápiz, como te ha enseñado Román, a querer ir rápida, pero con la necesidad de repetir muchas veces las cosas para poder ir rápida.
El cerebro es un instrumento a trabajar, cuanto antes sepan que tienen obligación de trabajarlo por la cualidades que reúnen mejor que mejor. El entrenamiento puede resultar más apasionado el diálogo con nosotros más fructífero, las herramientas más a la mano, las diferencias más subsanables, las competencias más productivas, las deficiencias más encarriladas, las responsabilidades más asumidas.
Yo lo veo así. Ellos y ellas tienen una responsabilidad por ser lo que son e igual que demandamos a la educación llevar al máximo de sus posibilidades lo que llevan dentro, no hay máximo si no hay participación, no hay máximo si no saben lo que son, no hay máximo si no hay entrenamiento, no hay máximo si no hay diálogo.
Es mi modesta opinión, como yo la he vivido, con la naturalidad de tener a alguien a quien le digo que tiene algo especial que debe proteger, cuidar, defender y hacerse responsable de su potencial, nadie mejor que ella para hacerse responsable de su potencial, de su división de tareas, de sus extraescolares, de sus decisiones, de hasta dónde está dispuesta a llegar.
Ahora, con el violín, recuerdo, que como cualquier instrumento, no sé si habéis hecho alguno carrera musical, es difícil, costoso, disciplinado, son 8, 9 años, pequeña. Pero si toca el violín, el planteamiento es ¿ quieres aprender a tocar el violín de verdad, aunque sea costoso, difícil, muy disciplinado, exigente en horario ..etc ..? Si no vamos a por otra cosa que te interese, porque lo que exige el violín es esto que te estoy contando. Tienes capacidad para ello, cualidades para ello, pero te exige la responsabilidad de ello y esa, solamente esa decisión es la que está en tu mano. No pasa nada ante un Si o un NO. Igual que no pasa ante un fracaso, pasa ante no saber a qué nos enfrentamos.
Lo importante es saber ¿ Qué soy? ¿ A qué me enfrento?
Quizá haya sido yo un poco dura ¿ no? con esta reflexión en voz alta. Creedme que no es mi intención, porque como madre comprendo la dificultad y al mismo tiempo que cada caso es diferente al mío y que cada uno tiene su casuística particular. Nuestras dudas están ahí como adultos que somos de ¿ Qué será mejor o no? ¿ Le beneficiaré o no? ¿ Lo entenderá o no?
¿ Cómo se lo explico para que lo entienda?
A veces olvidamos que nuestros niñ@s tienen una capacidad para entender desmesurada, que lo que vamos a explicar ya lo saben, que lo que vamos a hacer es despejar dudas y temores, poner cosas en su sitio y ayudarles emocionalmente a encajar piezas que quizá por falta de información tengan desencajadas.
A veces olvidamos que nuestros miedos se trasladan consciente o inconscientemente a ellos y a ellas, y ellos y ellas necesitan una actitud valiente ante la vida.
Debemos hacernos la pregunta de ¿ por qué no se lo digo? ¿ Es por mi? ¿ Es por él?
Si la respuesta a la pregunta es que es por nosotros la respuesta del diálogo la tienes en tus manos. Hay que hablarlo.
Si la respuesta a la pregunta es que es por él o ella analiza el tipo de proteccionismo que intentas aplicar y sobre qué bases se fundamenta, si está bien fundamentado o se te desmorona por algún lado. Ahí tendrás la respuesta. Quizá no sea el momento, la edad que consideres apropiada..etc, pero sustenta bien esas bases.
Es mi opinión, la de una mamá, que lo único que espera, es ayudar a otras con su experiencia personal. Nada más y Nada menos !!!!! Ja,ja,ja, !!!
Estoy totalmente deacuerdo contigo, yo también se lo explique.
ResponderEliminar¡Bravo, Yolanda! Te felicito por este post tan lúcido. Me gustaría publicarlo en la sección de altas capacidades de la Plataforma por la Libertad Educativa, con tu permiso.
ResponderEliminarTodo vuestro. Todo lo que hay aquí es de uso público. Gracias.
ResponderEliminarEs curioso pero si tuviera alta capacidad futbolística, todo ésto ni se plantearía. Muchas gracias por el artículo.
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