Manifiesto
por una Paternidad Afectiva
CORIAC,
MEXICO
Ante
Nuevos Tiempos, Nuevas Paternidades
Los
padres de hoy en día creemos que la mejor manera de disfrutar la paternidad es
aceptar que todo cambia; que para ser mejores padres necesitamos revisar cómo
nos sentimos como papás, aceptar a nuestros hijos e hijas como son y saber qué
necesitan en este momento, así como conocer cuáles son las alternativas que
tenemos para dar respuesta a sus necesidades.
Con
el pasar del tiempo, muchos padres hemos sido testigos de algunos cambios...
En
lo personal... los padres nos damos cuenta día con día que ya no somos los
mismos de antes, que hemos tenido que enfrentar nuestros propios cambios de la
infancia a la adolescencia; de la vida de estudiante a la experiencia de
ejercer un oficio o profesión, de tener que ocuparnos sólo de nosotros a poco a
poco, adquirir nuevas responsabilidades con una pareja, con nuestras hijas e
hijos o con nuestra familia de origen. Hemos vivido la gran transformación que
significa engendrar o adoptar una hija o hijo, lo que ha implicado un sin fin
de emociones placenteras y de incertidumbre.
En
lo social...los padres nos damos cuenta que somos diferentes a nuestros
abuelos, padres e hijos, vivimos otras circunstancias, ahora podemos reinventar
cómo ser papás y decidir el número de hijas e hijos que deseamos tener.
En
la pareja... los padres de hoy en día nos hemos dado cuenta que todos estos
cambios han influido en nuestra visión de la pareja; algunos decidimos tener
una pareja, formar una familia; otros aceptar que nuestra relación ha terminado
teniendo que llegar a acuerdos con ella para la crianza y convivencia con
nuestros hijos e hijas; algunos mas hemos iniciado nueva relación.
Con
respecto a nuestras hijas e hijos... los padres de hoy en día nos hemos dado
cuenta que nuestr@s hijos e hijas cambian todos los días, lo que necesitaban de
bebés, tuvo que sustituirse por más libertad en la infancia; las dudas e
inquietudes de la niñez, ya no son las mismas que en la adolescencia; que comunicarnos
y hablar con ellos no es igual, cuando hay que marcar límites en su
comportamiento adolescente, que cuando son hombres y mujeres.
Ante
Nuevos Tiempos, Nuevas Paternidades; consideramos que algunos de los desafíos,
reflexiones y actitudes que los hombres podemos reinventar para ser cada día
mejores padres están apenas dibujados en el siguiente manifiesto:
SER
PAPÁ ES UNA TAREA COMPARTIDA
Vivir
o no con la madre de mis hijas e hijos no excluye que en todo momento
compartamos equitativamente la atención de sus necesidades.
Como
hijo y padre, sé que el trato que le doy a la madre de mis hijas e hijos
quedará impreso en sus corazones.
SI
VIVO EN PAREJA
Las
relaciones más satisfactorias de pareja quizás sean aquellas donde ambos dan lo
que pueden dar, aceptan y reciben lo que la otra u otro es y tiene, buscan
mantener la equidad, respetan los acuerdos y se tratan con dignidad.
Al
reconocer que mi pareja vale tanto como yo, y que es diferente a mi, aprendo a
apreciarla, aceptarla y respetarla.
NEGOCIAR
CON SENSIBILIDAD
Es
necesario aprender a establecer acuerdos que consideren los deseos y las
necesidades de las hijas, hijos y pareja.
En
lugar de gritar o imponer mis puntos de vista, aprendo a escuchar y procuro
comprender.
EDUCAR
CON IGUALDAD A HIJAS E HIJOS
Las
hijas y los hijos valen igual, por lo tanto todos tienen los mismos derechos y
oportunidades.
Para
reducir y eliminar el machismo en mis hijos, y la sumisión y la dependencia en
mis hijas, evito los privilegios y la sobreprotección.
DEFIENDO
MI DERECHO A LA TERNURA
Cada
cual expresa su amor y cariño como mejor sabe hacerlo, aunque no siempre como
los demás desean o necesitan.
Aunque
me es difícil expresarlo, disfruto y defiendo mi derecho a ser tierno con mis
hijas e hijos.
PARTICIPAR
CON COMPROMISO Y EQUIDAD
Antes
los hombres no cambiaban pañales, no hacían de comer ni limpiaban la casa.
Ahora sabemos que, si todos ensuciamos, todos podemos colaborar.
Con
mi ejemplo estoy educando a mis hijas e hijos.
NO
A LA VIOLENCIA NI
A LOS MALOS TRATOS
Los
golpes, castigos e insultos no ayudan a educar: por el contrario, dejan
sentimientos de desvalorización, tristeza e incomunicación.
Cuando
enseño y pongo límites a mis hijas e hijos, procuro dialogar y poner el
ejemplo.
NUESTRA
PRESENCIA Y CERCANÍA SON SIEMPRE IMPORTANTES
La
proximidad del padre y la forma en que demuestra su cercanía marcan toda la
diferencia en el sentir de sus hijas e hijos.
Los
mejores recuerdos que tengo de mi padre son de cuando disfrutábamos nuestra
mutua compañía.
SER
PAPÁ ES UN CONTINUO APRENDIZAJE
Nuestras
hijas e hijos crecen obedeciendo a sus cuerpos, sensaciones y deseos;
desconocen las normas sociales que poco a poco adoptan observándonos. Así
aprendemos unos de otros, y al final e irremediablemente ellos se harán cargo
de sus propias vidas.
En
todo momento estoy aprendiendo de mis hijas e hijos.
Para
ser mejor necesito revisar cómo me siento como papá y pareja, aceptar a mis
hijas e hijos como son, estar dispuesto a reconocer mis errores y a dar lo
mejor de mí.
No
soy perfecto; todos los días intento nuevas formas de escuchar y entender a mis
hijas, hijos y pareja.
APERTURA
AL CAMBIO
La
sociedad, la vida, la pareja, las hijas e hijos cambian; lo que en un tiempo
nos funcionó como papás, ahora ya no.
Acepto
que mis hijas e hijos crezcan y tomen sus propias decisiones.
EL
MOMENTO ES AHORA...
Si
pensamos que lo que damos no es suficiente, el momento es ahora: de dar una
caricia, un abrazo, un beso, comprensión, diálogo...
Hoy sé que en la familia todas y todos somos importantes y valiosos, y
que a nadie puedo excluir.cepavi.jalisco.gob.mx/.../
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