LA MATERNIDAD QUE CAMBIA RUMBOS

La Maternidad cambió mi vida. Puede ser un tópico... puede ser un típico...en mi caso es totalmente cierto. Cambió mi vida y lo mejor de todo es que me encantó el cambio.
Sé, sin ánimo de convertirme en el sabio salomón de la maternidad, lo que la misma supuso, supone para mi y mi manera de entenderla.
Soy madre de una sola hija... tengo otr@s en mi corazón.. como mi niñita saharaui,  Jira, que viene los veranos y que forma parte de nuestra vida los 365 días del año. Es otra forma de amar. Otra forma de entrega.
La personita que me hizo nacer a este mundo maravilloso de ser madre es María.
A ella le debo mis reflexiones, sin lugar a dudas, ella me ha dado la posibilidad maravillosa de explorar dentro de mi el significado de ser madre y hacerlo en primera persona.
Normalmente, por mi forma de ser,  me gusta preparar bien mis proyectos, soy persona de búsqueda de información, de lectura rápida y a veces, conservo cierta memoria y habilidad para conectar datos.
Cuando me quedé embarazada de María intenté leer, pero por encima de todas, todas las cosas, intenté sentir.
Intenté sentir cada momento estupendo que me brindó el embarazo. Cada momento de reflexión, de somnolencia, de calor sofocante ( verano 2003) , que me permitió buscar unas vacaciones en nuestra isla mágica que es Lanzarote. Intenté sentir movimientos, trasladar sentimientos y pensamientos. Intenté sentir con   Paco su vivencia, no la mía trasladada, sino la suya propia, contada.
Y ese SENTIR es el que guía mi maternidad. Empecé a leer y me invadieron millones de teorías, cada una diferente, cada una con sus pros y sus contras , pero la inmensa mayoría de ellas, me robaban mi papel, mi papel de ser madre, mi propio sentir y  convertían la crianza de mi hija en un cuadernillo de deberes impresionante, asustadizo, dónde estaba muy claro para muchos lo que una mami tenía que hacer.
Me costó, depués de tanta lectura, pero me di LIBERTAD, y creo que es lo más sabio que he hecho. Me otorgué la inmensa LIBERTAD de SENTIR CóMO QUERIA CRIAR. Y haciendo caso a mi corazón y a la niña bonita que pusieron en mis brazos y que , ¡ vaya !!!!! , venía con personalidad propia, era única, irrepetible, con genes propios y huellas dactilares inimitables.... decidí con más fuerza y más seguridad que nunca SENTIR.
Decidí darle la teta y me di libertad para no ver aquello como un cuento de hadas, supe que tenía sus problemas, pero que eran superables con Paciencia , simplemente... con paciencia.
Paco decidió que la mejor manera de ejercer su paternidad no era darle los biberones, sino preparar el camino para que la lactancia funcionara. Y los dos nos dimos cuenta en el primer més, que tenía un halo de romanticismo inigualable, dar la teta, mientras tu pareja te da amorosamente la cena . Además de ese halo de romanticismo inigualable, en la semioscuridad de una habitación... tenía un toque de humor, que te hacía olvidar las de vez en cuando, lagrimillas...que haberlas hailas... o al menos, en mi caso, y puntualmente, las hubo.
Pero opté en todo momento por sentir, sentir el calor de mi hija y el de mi teta. El sentimiento placentero de esa entrega y de esa unión, de esa búsqueda por acoplarse, por acercarse, por conocerse. Sentir el olor, sin perfumes, sin jabones perfumados, de esa María presente las 24 horas.
Me incorporé a trabajar a las 16 semanas legales y continué con la lactancia materna. Mi pediatra me decía que no me agobiara por meterle el bibi, que cuando me fuera a trabajar ya lo cogería, lo hacen todos....y fueron todos , menos mi María... que simplemente me esperaba de regreso a las tres de la tarde y mamaba , mamaba y mamaba .... y yo no podía encontrar mejor recibimiento a mi llegada...
A los 18 meses dijo.. " mami...ya no quiero teta" y respeté su decisión.
Hasta ese momento duró una maravillosa historia de sentires, de diálogo amamantando, de miradas cómplices, de sonrisas de gratitud irrepetibles, de consuelos... y ese fue mi maravilloso sentir.
La teta, sin lugar a dudas, me facilitó, puso en mis manos, me dio la posibilidad de sentir de manera diferente, piel con piel, en ese contacto intenso que solamente te ofrece el sentir intensamente.
Leo muchas cosas sobre la lactancia materna, estoy totalmente a favor de la misma, pero más allá de cualquier experiencia que vaya con la trascendencia de la alimentación, la defiendo como la posibilidad que nos brinda nuestra propia feminidad de sentir. Vivir esa experiencia más allá de que es lo que toca hacer en este momento, de que parece que es lo mejor para tus hijos, y darle la profundidad de lo que también significa para ti, como mujer, no tiene desperdicio....formó parte de mi proyecto y tuvo una gran recompensa.
Después, como os decía,  seguí implicándome en este proyecto de madre...me gustó ...me gustó y me gusta evolucionar con mi hija en este magnífico trabajo y proyecto en permanente cambio y evolución.
Creo que en mi vida de madre hay tres pilares fundamentales :  los sentires , el más común de los sentidos y la creatividad.
Creo firmemente que la maternidad te ofrece le opción de ser creativa, altamente creativa, felizmente creativa. Estamos conviviendo día a día con la creatividad en estado puro, con la exploración, con el deseo de conocimiento, de aprendizaje. Y creo que aplicando el sentido común, los sentires y la creatividad, me llevan a ser una madre que lo que quiere es que su hija experimente con el sentir, con el sentido común y con creatividad. Sigo creyendo que hay que tocar, oir , oler, saborear, ver, el mundo ,  para encontrar el sentido de la vida y descubrir algo sobre la felicidad por nosotros mismos y para nosotros mismos, de posicionarnos ante lo que nos rodea, de autoconocernos.
El mundo nos ofrece tantas posibilidades de descubrirlo con los sentidos que no entiendo tener que descubrirlo a través de una pantalla, sea cual sea la pantalla o el formato de la misma, aunque no la desprecie después de haber oído, tocado, saboreado, olido, visto.
El crecer depende , irremediablemente de nuestras experiencias por un lado y de nuestro ensayo error por otro. Experimentar es sin lugar a dudas, VIVIR, y EQUIVOCARSE es, sin lugar a dudas, la mejor oportunidad para aprender.
La maternidad me ha hecho ver grandes cosas y pequeñas cosas... quizá más pequeñas que grandes...esa que no veía desde mi altura ( que no es mucha)  y empecé a descubrir al agacharme.
Brindo por esta oportunidad, por este regalo....
Y en otro momento seguiré con mis reflexiones compartidas...
Feliz día a tod@s, maravilloso día de sentires...