An ca la Yoli
Blog que intenta trasladar vivencias y pensamientos de una mujer en el Siglo XXI, desde mis diferentes intereses y desde mi punto de vista ( claro)
Cuando en 1985 me dieron una beca y me fui a estudiar a Italia, yo tenía 18 años y ahora voy a cumplir 50.. por establecer un poquito la comparación, me encontré allí, de los muchos españoles que te encuentras cuando sales de tus fronteras, a un chico, un año mayor que yo , que se llamaba Albert, catalán y que es el punto de partida de esta historia.
Cuando sales fuera, cuando aprendemos un idioma diferente al materno , sea el que sea, aprendemos a presentarnos, a decir de dónde somos entre otras cosas porque sabemos que cuando estamos fuera surge la pregunta.
No ha habido país hasta la fecha que no haya visitado en el cual me ha tocado decir de dónde soy o graciosamente han adivinado de dónde era. Ah !! españoles !!!
Vuelvo a lo primero que os contaba, Albert, buen chico, encantador, con el que me recorrí Italia en auto-stop, decía cuando le preguntaban, " yo soy catalán " . No es que los italianos sean una panda de incultos, que no lo son, sino que además nos movíamos en ambiente universitario, donde habia italianos y millones de nacionalidades juntas .
¡ Cuántas veces tuve que oir a Albert en aquel año 1985 explicar desde catalano.. hasta Barcelona...para no llegar a pronunciar España !!! Fueron muchas y continuas y siempre el interlocutor, después de todas aquellas explicaciones geográficas de Albert, acabada diciendo...
¡¡ Spagnolo !!!
Estudié Filología y como estudiante comprendí dos cosas que son fundamentales. La primera de la ellas es que las lenguas no son patrimonio solamente del pueblo que las habla, sino de la humanidad entera. Su protección depende única y exclusivamente de que se hablen, de que las gentes las hablen y mientras haya gentes habrá lenguas.
Estudiando filología hice la carrera en valenciano, simplemente porque el horario me cuadraba más, Yo soy castellano parlante, nacida en una zona geográfica de la comunidad valenciana donde nunca se habló valenciano. Mi padre es valenciano, nacido en Valencia, mi abuela paterna valenciano parlante, los hermanos de mi padre valenciano parlantes. Tengo la completa certeza de que una lengua se aprende, y se entiende y aprendes a expresarte en ella o no, pero si a entenderla.
Dentro de mi carrera profesional me vine a Andalucía. No es lo mismo aprender que trabajar. En el trabajo tienes tú la misión de entender en primer lugar y de hacerte entender.
Yo no tengo dificultades, salvo las obvias del paso del tiempo de entender a un valenciano o a un catalán, aunque estuve dos meses en LLeida y no tenía narices de entender a aquellas personas, aunque llegamos al entendimiento.. ¡¡ cómo no !!!
Pues en Andalucía viví el caso de trabajar en un momento de mi trayectoria en la zona de la Axarquía. Cuántas veces he tenido que decir la frase de ¿ me lo puede repetir pero más despacio?.
Me pasó como me había pasado en Lleida. Y me pasó con mi lengua materna .
Allá donde el cuerpo me ha llevado me he entendido, hablando o sin hablar el idioma.
Politizar las lenguas nos pasa factura.
Las lenguas no son patrimonio de la clase política sea del signo que sea.
Las lenguas son patrimonio de sus hablantes y de la humanidad entera, porque son riqueza oral y escrita.
En un mundo en el que todo se traduce me atrevo a decir que la importancia de lo oral ha trascendido con creces a la trascendencia de los escrito. Pero es importante subrayar que escribir una lengua no es que esté en los documentos oficiales, contractuales o del día a día, escribir una lengua para que tenga trascendencia es usar el lenguaje literario, ese que intentamos enseñar a los alumnos que " crea belleza".
Los ingleses, esos señores y señoras que vienen a nuestro pais y que en tono de humor hasta su premio de educación, llega decir que ¿ para qué se van a molestar en aprender otros idiomas, si a ellos les entiende todo el mundo ...? tienen segundas y terceras lenguas incluidas en su educación, otra cosa diferente es que lleguen a la Costa del Sol y las hablen. Cuántas veces renegamos de ellos y exclamamos en nuestros trabajos : " ¡ hay que ver 30 años aquí y no dice ni una sola palabra! "
No digo más.
Con la globalización hemos llegado a pensar que unas lenguas, las que más se hablan, son más importantes que otras y obviamente que otras, las que tienen menor número de hablantes, no tienen importancia.
Muchos padres y madres entienden que estudiar francés es una pérdida de tiempo y tienen a sus hijos e hijas estudiando chino, no solamente por una perspectiva de número de hablantes, sino porque está de moda, y quizá o sin quizá, pensando en ese futuro que nos venden tan globalizado de cuando
"el gigante chino despierte".. que mi hijo o mi hija tengan una buena posición en la parrilla de salida.
Es tremendamente curiosa nuestra percepción del futuro, cuando si hablamos de lenguas y de personas, , estamos avocados al entendimiento.
Todas estas reflexiones las hago en voz alta, sin demasiadas conclusiones. Son cosas que pensé hoy al despertarme. Creo que producto de tantas horas de radio en la semana de reposo que me ha mandado el médico,
Mi cabeza salió por ahi. Será por mi deseo de felicitar la Navidad. Por las elecciones españolas y las catalanas....que las tengo tan escuchadas...
Siendo simple lo único realmente preocupante para una lengua es la tasa de natalidad.
Pero si hacemos de la lengua frontera , barrera, defensa o agresión, flaco favor nos hacemos porque si hay algo que tengo claro es que las lenguas son patrimonio de la humanidad.
Feliz Navidad en todas la lenguas y para todas las personas.
Un añito más llega la Navidad. Recogiendo de aquí y de allí , he seleccionado una serie de cositas navideñas en papel que creo que me pueden ser útiles. Y con mi lema de lo que es útil para mi igual puede serlo para ti , pues aquí las dejo. Y con algunas ideas mías como siempre hago. Felices preparativos de fiestas...
Como sabéis todas estas cosillas las hace gente maravillosa que encima las cuelga en sus blogs de manera gratuita siempre y cuando los fines no sean comerciales Luego cada uno le puede dar su toque personal que es lo que yo hago. me encanta utilizar los freebies en cualquier época del año.
Con el programa de Funny. Pho.to puedes recortar las cosas facilmente. Es el programa que a mi me parece más sencillo, es gratuito y con la posibilidad de ideas originales ... Yo acabo de hacer estas cositas con algunas de las fotos que he colgado.
EL FRACASO DE LA ESCUELA
John Holt, profesor de la “Harvard Graduate School”, debe ser incluido en el
movimiento de la crítica a la escuela, como institución educadora, tanto por la temática
que aborda en sus artículos y ensayos, publicados durante la década de los sesenta.
Su opinión sobre la nueva escuela se resume en estas palabras: “El dejar que cada niñ@
fuese el/la planificador/a, director/a y asesor/a de su propia educación; el de, con la
inspiración y guía de personas de mayor experiencia y pericia, y con toda la ayuda que
solicitara, permitirle y estimularle a que decida lo que quiere aprender, cuándo y cómo
quiere aprenderlo y hasta qué punto lo está aprendiendo bien. Consistiría en transformar
nuestras escuelas de lo que son actualmente, esto es, cárceles para niñ@s , en una fuente
de aprendizaje libre e independiente, que cualquier persona de la comunidad, de la edad
que fuere, podría utilizar en la medida que quisiera”.
La educación, algo que cada un@ ha de conseguir por sí mism@, es todo aquello que
contribuye a aumentar la comprensión del mundo y la capacidad propia de desarrollo y
placer, y a adquirir libertad, dignidad y valía personales en el contexto en que vive.
La
auténtica educación, supone para la persona:
- Mayor comprensión del mundo
- Mayor desarrollo de su propia personalidad.
- Posibilidad de encontrar un trabajo para poder abordar los problemas
reales del mundo en que vive y servir a la causa de la Humanidad.
De acuerdo con estos objetivos, la escuela debería “transmitirles” a l@s niñ@s las
tradiciones y valores superiores de nuestra propia cultura, familiarizarse con su mundo
entorno y preparad@s para el trabajo”.
Las escuelas no realizan bien ninguna de estas
funciones. Hay que convertir el aula en algo diferente, en “un lugar distinto”
En las aulas hay aún crueldad, aunque no se muestre por la violencia física; al menos
con ésta el alumnado advertiría el daño y al causante del mismo, y procuraría, por tanto,
defenderse o corregirse de algún modo:”pero l@s niñ@s no pueden defenderse, ni lo
hacen, contra la mayor parte del daño que se les infringe en las escuelas, porque
desconocen lo que se les está haciendo o quienes lo hace, o porque, aunque lo conozcan,
creen que se hacen personas afables por su propio bien”
Y este mal se inicia con la
actitud del alumnado, que ante la amenaza y al no bien interpretado respeto al saber y al
maestr@ , aprenden que no valen para nada, que no son dignos de confianza, que sólo
sirven para obedecer órdenes y que están expuestos, como una hoja blanca, a que otr@s
“escriban” en él/ella y l@s moldeen “sin ninguna posibilidad de averiguar cómo son, y
de desarrollar su personalidad cualquiera que ésta sea”, aceptando la evaluación que de
él/ella hacen l@s adult@s , y la crueldad llega hasta considerar estupidez e incapacidad
de aprender lo que es inteligencia, vivacidad e ingeniosidad del alumnado.
Otro síntoma de la enfermedad de la escuela, es el sentido de competitividad o de lucha
para alcanzar un mayor prestigio, no tanto por una mejor formación del alumnado
cuanto por la buena fama de la Institución; las puntuaciones sobresalientes de l@s
alumn@s , sobre todo a nivel de estudios superiores y secundarios, son “rentables” para
el centro de enseñanza en el aspecto académico y científico, en el prestigio social, en la
influencia a nivel político y económico.
En la escuela actual el profesorado lleva siempre “la voz cantante”, es decir, “hablan
demasiado”. Y lo hacen no sólo en la lección magistral, sino también en las discusiones
suscitadas en la clase en torno a un tema determinado, dominando a tod@s l@s
interlocutor@s y diciendo siempre “la primera y última palabra”; es una escuela de
monólogos, y de silencios: el alumnado se habitúa a “desconectar”, total o parcialmente,
su atención a lo que el profesorado dice, hasta el punto que llegan a olvidar cómo
volver a” conectarse” y prestar atención; cuando el profesorado no deja hablar, l@s
escolares no pueden callar...”el auténtico aprendizaje se produce sólo cuando el/la que
aprende desempeña un doble papel, cuando es al mismo tiempo alumn@ y profesor/a,
actuante y crític@, oyente y hablante”.
El examen constituye otro factor negativo en el quehacer docente-discente. El examen
favorece al alumn@ list@ , “rápid@” adivinador/a, astut@... Y deja en desventaja al
que trabaja menos rápidamente o de forma más concienzuda. La experiencia demuestra
que las buenas calificaciones no garantizan la mejor formación del alumnado; de ahí
que uno de los mayores perjuicios que el sistema de exámenes puede acarrear a l@s
niñ@s es negarles “la posibilidad de juzgar la validez de su propio trabajo”.
Contribuye también al fracaso de la escuela actual, la asistencia obligatoria que exige al
alumnado la permanencia tediosa entre cuatro paredes, que significan amenaza,
represión, constreñimiento de límites, claustrofobia...sentimientos contra la libertad.
John Holt va denunciando en su análisis de la escuela, los graves defectos o excesos que
la condenan como lugar y ocasión, propicios para la “des-educación” de l@s niñ@s
por vía de competitividad, de exámenes., de ordenamiento rígido, de monólogos
magistrales, de aprendizaje repetitivo y mecánico.
Todo ello mina los cimientos de la
auténtica educación para atentar a los dos grandes principios del hacer escolar: la
libertad y la comunicación.
La auténtica educación se mueve en las coordenadas de la individualidad personal y
de la convivencia social: paz, lucha contra el racismo, el trabajo y el ocio, el cuidado
del medio ambiente, la libertad.
El “quid” de la cuestión educativa es precisamente que el hombre y la mujer lleguen a
ser y vivir en libertad por medio de la educación, Pero “ser libre” y “educarse para la
libertad” no pueden ser simplemente “slogans”, cada día más repetidos, sino vivencias
auténticas que se experimentan en todo momento, y de las que es consciente el propio
sujeto..”todo aquello que hagan a las personas sentirse menos libres, disminuye y
amenaza la libertad”.
Holt sentía que no importa tanto como el como los padres empiecen el proceso de
ensañar en casa, siempre y cuando empiecen. A él no le preocupaba que la gente al
principio pusiera escritorios en el sótano y que empezaran el día saludando a la bandera,
cantando el himno nacional y leyendo versos del Deuteronomio. Sin embargo la
mayoría de lo que escribió estaba dirigido a liberar a los niños de los grilletes de las
doctrinas y de las autoridades de mentes limitadas, ya fueran religiosos o seculares.
John sabía que había esperanza para la libertad de pensamiento e investigación, siempre
y cuando escaparan de los condicionamientos e influencias deshumanizantes de los
sistemas escolares.
Mi reflexión personal : los años pasan, los niños y niñas crecen. Las leyes educativas no abordan el problema educativo. Los cambios se van haciendo a cuentagotas. La escuela está fracasada. Las innovaciones educativas son un parche, las nuevas tecnologías no han solucionado el problema. Los años pasan, los niños y las niñas crecen.
Jugando con esta singular baraja, se puede aprender sobre las aportaciones de estas mujeres, algunas de ellas muy poco conocidas.
Además, este juego pretende ofrecer modelos tanto a chicas como a chicos, para que se animen a estudiar carreras de ciencias.
Reglas del juego
El objetivo del juego es reunir cuatro cartas del mismo color para formar un laboratorio. La primera persona que forma tres laboratorios, gana la partida. Cada jugador o jugadora recibe seis cartas. Se coloca el mazo (boca abajo) en el centro de la mesa y una primera carta boca arriba.
En cada turno, el jugador o jugadora decide coger la primera carta del mazo o la situada boca arriba, y se desprende de una carta, dejándola boca arriba en el montón de descarte.
Algunas cartas tienen dos colores y pueden usarse para construir laboratorios de cualquiera de los dos colores. La carta reclutamiento permite a un jugador o jugadora coger cualquier personaje del montón de descarte. La carta prestigio permite robar dos personajes de un laboratorio adversario (se destruye el laboratorio y los personajes restantes se reenvian a la mano de su propietario). La cartaclon permite a un jugador o jugadora hacer una copia de un personaje que posee; se sitúa junto a la carta con el personaje calcado cuando se forma un laboratorio, y no pueden separarse hasta el final de la partida.
Al final de cada turno, cada jugador o jugadora sólo puede tener seis cartas en la mano, dejando las sobrantes en el montón de descarte.
Cuando se terminan las cartas del mazo en el turno de una persona, queda eliminada de la partida; sus cartas y sus laboratorios se barajan junto a las cartas del montón de descarte para formar un nuevo mazo, y el proceso vuelve a comenzar.
Además, las cartas pueden utilizarse para cualquier otro juego de baraja francesa (corazones, diamantes, tréboles y picas).
Los colores que permiten formar los laboratorios son cinco y representan a diferentes disciplinas de la ciencia –los laboratorios se forman con científicas que pueden colaborar entre ellas–: amarillo (enfermería, medicina, salud), fucsia (educación, psiquiatría, psicología), lila (informática, matemáticas), naranja (física, inventos) y verde (biología, geología, química).
Las científicas representadas –junto al color y el número y palo de la baraja que la identifica– son:
Además, en este enlace (cartas en francés) o este enlace (cartas en inglés) se puede solicitar el envío –gratuito– de un fichero pdf para imprimir la baraja completa.
Nota (1 de octubre de 2015)
Nos avisan desde Luana Games que las cartas están también disponibles en castellano: pueden descargarse de manera gratuita en pdf en este enlace. ¡Muchas gracias!
Archivo de descarga de la Fundación Mapfre sobre las inteligencias múltiples de Howard Gardner, dentro del programa RECAPACITA que tiene esta Fundación.
He encontrado este post en un blog que sigo con frecuencia y del que me gusta leer para aprender.
Saber que esto está publicado en el año 2012 todavía me da perspectiva para pensar en una educación diferente.
Lo que la ciencia aporta al mundo educativo para ser todavía obviado por algunas administraciones para plantearse la escuela del presente y por las Universidades para contribuir al cambio con la escuela del futuro.
Os dejo con el post que resume muy bien todo aquello que conocemos y no aplicamos.
Yolanda Escuder.
La información que tenemos sobre el cerebro humano, órgano responsable del aprendizaje, se ha visto claramente incrementada debido al desarrollo de las nuevas técnicas de visualización cerebral. Como consecuencia de estas investigaciones recientes, aparece una nueva disciplina en la que confluyen los conocimientos generados por la neurociencia, la educación y la psicología que nos pueden aportar información significativa sobre el proceso de enseñanza y aprendizaje. La neuroeducación consiste en aprovechar los conocimientos sobre el funcionamiento cerebral para enseñar y aprender mejor.
En el siguiente artículo mostramos ocho estrategias fundamentales basadas en el funcionamiento del cerebro que tienen un soporte experimental definido y que resultan imprescindibles en la práctica educativa. En cada una de ellas hemos seleccionado un artículo de investigación relevante que constituye una evidencia empírica sólida y aportamos una serie de sugerencias prácticas fáciles de aplicar.
1. NUESTRO CEREBRO CAMBIA Y ES ÚNICO
El cerebro humano es extraordinariamente plástico, pudiéndose adaptar su actividad y cambiar su estructura de forma significativa a lo largo de la vida, aunque es más eficiente en los primeros años de desarrollo (periodos sensibles para el aprendizaje). La experiencia modifica nuestro cerebro continuamente fortaleciendo o debilitando las sinapsis que conectan las neuronas, generando así el aprendizaje que es favorecido por el proceso de regeneración neuronal llamado neurogénesis. Desde la perspectiva educativa, esta plasticidad cerebral resulta trascendental porque posibilita la mejora de cualquier alumno y, en concreto, puede actuar como mecanismo compensatorio en trastornos del aprendizaje como la dislexia y el TDAH.
La prueba
Maguire, E. A. et al. (2000): “Navigation related structural change in the hippocampi of taxi drivers”, PNAS 97.
En este estudio se analizó el hipocampo de los taxistas de Londres, ciudad caracterizada por su amplio callejero. Se comprobó que el tamaño de esta región cerebral, implicada en el aprendizaje y la memoria espacial, era mayor en los taxistas que en el resto de conductores. Además, el tamaño del hipocampo de los taxistas más expertos era mayor que el de los menos expertos.
Implicaciones educativas
El hecho de que cada cerebro sea único y particular (aunque la anatomía cerebral sea similar en todos los casos) sugiere la necesidad de tener en cuenta la diversidad del alumnado y ser flexible en los procesos de evaluación. Asumiendo que todos los alumnos pueden mejorar, las expectativas del profesor hacia ellos han de ser siempre positivas y no le han de condicionar actitudes o comportamientos pasados negativos.
En cuanto al tratamiento de los trastornos del aprendizaje, hay diferentes programas informáticos que han demostrado su utilidad en la mejora de determinadas capacidades cognitivas como la memoria o la atención. En concreto, Fast ForWord de Scientific Learning Corporation (avalado por Michael Merzenich) es un programa para estudiantes disléxicos que ha ayudado a compensar las dificultades que tienen con el procesamiento fonológico (ver figura 1). Este tipo de entrenamiento continuo mejora la comprensión del lenguaje, la memoria y la lectura.
Fig.1 En las imágenes superiores (A) se compara la activación de regiones que intervienen en el procesamiento fonológico en niños normales y en niños disléxicos. En las inferiores (B) se muestra la mayor activación de estas regiones en los niños disléxicos después del período de entrenamiento. (Temple, 2003).
Las emociones son reacciones inconscientes que la naturaleza ha ideado para garantizar la supervivencia y que, por nuestro propio beneficio, hemos de aprender a gestionar (no erradicar). La neurociencia ha demostrado que las emociones mantienen la curiosidad, nos sirven para comunicarnos y son imprescindibles en los procesos de razonamiento y toma de decisiones, es decir, los procesos emocionales y los cognitivos son inseparables (Damasio, 1994). Además, las emociones positivas facilitan la memoria y el aprendizaje (Erk, 2003; ver figura 2), mientras que en el estrés crónico la amígdala (una de las regiones cerebrales clave del sistema límbico o “cerebro emocional”) dificulta el paso de información del hipocampo a la corteza prefrontal, sede de las funciones ejecutivas.
Si entendemos la educación como un proceso de aprendizaje para la vida, la educación emocional resulta imprescindible porque contribuye al bienestar personal y social.
Fig.2 Activación de distintas regiones cerebrales, en un contexto emocional positivo, que facilitan la memoria. Son los giros derechos: lingual (GL), hipocampal posterior (pGH), hipocampal anterior (aGH) y fusiforme (GF).
En este estudio internacional basado en cientos de investigaciones en las que han participado más de 500.000 estudiantes de educación infantil, primaria y secundaria se ha demostrado que los programas de educación emocional sistemáticos afectan al desarrollo integral de los alumnos: disminuyen los problemas de disciplina, están más motivados para el estudio, obtienen mejores resultados académicos, muestran actitudes más positivas y mejoran sus relaciones.
Implicaciones educativas
Los docentes hemos de generar climas emocionales positivos que faciliten el aprendizaje y la seguridad de los alumnos. Para ello hemos de mostrarles respeto, escucharles e interesarnos (no sólo por las cuestiones académicas). La empatía es fundamental para educar desde la comprensión.
Aunque hay muchas actividades en las que se pueden fomentar las competencias emocionales a través de un proceso continuo (se pueden utilizar diferentes recursos didácticos para suscitar la conciencia emocional como videos, fotografías, noticias, canciones, etc.), proponemos una relacionada con la lectura (Filella, 2010): se dedica un tiempo semanal en el aula a la lectura individual de textos que el alumno ha elegido según su propio interés (con el paso del tiempo se puede orientar hacia textos específicos). La lectura ha de ser en silencio y, posteriormente, se han de proponer actividades como resúmenes, dibujos, esquemas,… relacionados con la misma. Una forma sencilla de mejorar la atención, la comprensión, el aprendizaje y de fomentar emociones positivas en el alumnado.
La neurociencia ha demostrado la importancia de hacer del aprendizaje una experiencia positiva y agradable. Sabemos que estados emocionales negativos como el miedo o la ansiedad dificultan el proceso de aprendizaje de nuestros alumnos. Pero, en la práctica cotidiana, han predominado los contenidos académicos abstractos, descontextualizados e irrelevantes que dificultan la atención sostenida, que ya de por sí es difícil de mantener durante más de quince minutos (Jensen, 2004). A los seres humanos nos cuesta reflexionar, pero somos curiosos por naturaleza y es esta curiosidad la que activa las emociones que alimentan la atención y facilitan el aprendizaje.
La prueba
Waelti, P.; Dickinson, A.; Schultz, W. (2001): “Dopamine responses comply with basic assumptions of formal learning theory”, Nature 412.
Este estudio demuestra que para optimizar el aprendizaje no es importante la recompensa sino lo inesperado de la misma. Analizando la respuesta de neuronas dopaminérgicas se comprobó que se activaban cuando el organismo tenía una determinada expectativa y la respuesta conductual era mejor de lo que se esperaba. De lo anterior se concluye que, tanto en el nivel neuronal como en el conductual, lo importante para el aprendizaje es la anticipación de la recompensa y no el simple premio.
Implicaciones educativas
No es suficiente que pidamos a los alumnos que presten atención (“Mamá, no es que tenga déficit de atención, es que no me interesa” se leía en la camiseta de un reconocido investigador) sino que hemos de utilizar estrategias prácticas que fomenten la creatividad y que permitan a los alumnos participar en el proceso de aprendizaje sin ser meros elementos pasivos del mismo.
Para ello, es útil aprovechar los primeros minutos de la clase para enseñar los contenidos más importantes para luego seguir con bloques que no superen los diez o quince minutos y así poder optimizar la atención. Al final de cada bloque se puede dedicar un tiempo para reflexionar sobre lo analizado o, simplemente, hacer un pequeño parón para afrontar el siguiente. Todo ello debería ser complementado por un profesor activo que se mueve por el aula y cambia el tono de voz porque los contrastes sensoriales atraen la atención del alumno.
La práctica regular de la actividad física (principalmente el ejercicio aeróbico) promueve la neuroplasticidad y la neurogénesis en el hipocampo, facilitando la memoria de largo plazo y un aprendizaje más eficiente. Además, no sólo aporta oxígeno al cerebro optimizando su funcionamiento, sino que genera una respuesta de los neurotransmisores noradrenalina y dopamina que intervienen en los procesos atencionales. El ejercicio físico mejora el estado de ánimo (la dopamina interviene en los procesos de gratificación) y reduce el temido estrés crónico que repercute tan negativamente en el proceso de aprendizaje.
La prueba
Aberg M. et al. (2009), “Cardiovascular fitness is associated with cognition in young adulthood”, PNAS.
Se realizó un estudio longitudinal en el que participaron más de un millón de suecos. Se demostró que las aptitudes físicas entre los 15 y los 18 años predecían la capacidad intelectual a los 18 años de edad, medida con una serie de pruebas de lógica, verbales y visuoespaciales (ver figura 3). Además, se comprobó que la resistencia aeróbica durante la adolescencia guarda una relación directa con el nivel socioeconómico y los logros académicos en la edad adulta.
Fig. 3 Crecimiento de la inteligencia global (eje vertical) en relación al aumento de la resistencia aeróbica (eje horizontal)
.
Implicaciones educativas
Los estudios demuestran que se han de potenciar las clases de educación física, dedicarles el tiempo suficiente y no colocarlas al final de la jornada académica como se hace normalmente.
Se deberían fomentar las zonas de recreo al aire libre que permitan la actividad física voluntaria y aprovechar los descansos regulares para que los alumnos puedan moverse. Un simple ejercicio antes del comienzo de la clase mejora en los niños su predisposición física y psicológica hacia el aprendizaje, con mayor motivación y atención (Blakemore, 2011).
Junto a la actividad física, son muy importantes también la adecuada hidratación (se ha de permitir a los niños beber agua en clase), hábitos nutricionales apropiados y dormir las horas necesarias (se sabe que los adolescentes necesitan dormir más). Por ello resulta conveniente la enseñanza de estos hábitos no sólo a los alumnos sino también a los padres.
El cerebro conecta la nueva información con la ya conocida, por lo que aprendemos mejor y más rápidamente cuando relacionamos la información novedosa con los conocimientos ya adquiridos. Para optimizar el aprendizaje, el cerebro necesita la repetición de todo aquello que tiene que asimilar. Es mediante la adquisición de toda una serie de automatismos como memorizamos, pero ello requiere tiempo. La automatización de los procesos mentales hace que se consuma poco espacio de la memoria de trabajo (asociada a la corteza prefrontal, sede de las funciones ejecutivas) y sabemos que los alumnos que tienen más espacio en la memoria de trabajo están más dotados para reflexionar (Willingham, 2011).
La prueba
Bahrick, H.P.; Hall, L.K. (1991): “Lifetime maintenance of high school mathematics content”. Journal of Experimental Psychology: General, 120.
En este estudio en el que participaron más de mil personas se realizó una prueba de álgebra a personas de distintas edades que habían hecho un curso entre un mes y cincuenta y cinco años antes (eje horizontal en figura 4). Como se observa en el gráfico inferior, las calificaciones se dividieron en cuatro grupos, atendiendo al nivel de matemáticas mostrado (la línea inferior corresponde a personas con nivel más básico mientras que la superior corresponde a las personas con nivel más avanzado). Los principiantes obtuvieron porcentajes de respuestas correctas (eje vertical) más bajos y conforme pasó más tiempo entre la prueba y el último curso de álgebra realizado (entre menos de un año y 55 años) los resultados fueron peores. Sin embargo, los participantes con nivel más avanzado recordaban el álgebra de la misma forma con el paso de los años (curva prácticamente horizontal), lo que indicaba que el tiempo que se pasaba estudiando la materia era el que determinaba lo que se iba a recordar de la misma.
Fig.4
.
Implicaciones educativas
Los docentes hemos de ayudar a adquirir y mejorar las competencias necesarias según la práctica. Por ejemplo, la práctica continua de cálculos aritméticos y la memorización de la tabla de multiplicar es imprescindible en la resolución de muchos problemas matemáticos o el conocer de memoria las reglas ortográficas es imprescindible para escribir con corrección. El problema reside en que muchas veces la práctica intensiva puede resultar aburrida por lo que sería aconsejable espaciar la práctica en el tiempo (para ello es imprescindible el currículo espiral) y variarla con otras actividades.
El juego constituye un mecanismo natural arraigado genéticamente que despierta la curiosidad, es placentero y permite descubrir destrezas útiles para desenvolvernos en el mundo. Los mecanismos cerebrales innatos del niño le permiten, a los pocos meses de edad, aprender jugando. Se libera dopamina que hace que la incertidumbre del juego constituya una auténtica recompensa cerebral y que facilita la transmisión de información entre el hipocampo y la corteza prefrontal, promoviendo la memoria de trabajo. El juego constituye una necesidad para el aprendizaje que no está restringida a ninguna edad, mejora la autoestima, desarrolla la creatividad, aporta bienestar y facilita la socialización. La integración del componente lúdico en la escuela resulta imprescindible porque estimula la curiosidad y esa motivación facilita el aprendizaje.
La prueba
En el siguiente video se explica la investigación llevada a cabo por Roberto Colom y María Ángeles Quiroga en la que se demuestra una correlación alta entre el rendimiento mostrado jugando a un videojuego conocido y el rendimiento en unos tests de aptitudes. Jugando durante 16 horas durante un mes aumenta la cantidad de materia gris de las voluntarias, que es un indicador del aumento en la capacidad cerebral, se mejora la coordinación entre regiones cerebrales, la comprensión verbal, el razonamiento o la percepción visual.
Implicaciones educativas
El juego motiva, ayuda a los alumnos a desarrollar su imaginación y a tomar mejores decisiones. Además, existe una gran variedad de juegos que mejoran la atención, uno de los factores críticos en el proceso de aprendizaje: ajedrez, rompecabezas, juegos compartidos, programas de ordenador,…Es cuestión de integrar adecuadamente el componente lúdico en la actividad diaria.
La neurociencia está demostrando que las actividades artísticas (involucran a diferentes regiones cerebrales; ver figura 5), en particular la musical, promueven el desarrollo de procesos cognitivos.
Fig.5
.
La instrucción musical en jóvenes mejora la capacidad intelectual como consecuencia de la plasticidad cerebral, sobretodo en aquellos con mayor interés y motivación hacia las actividades artísticas (Posner, 2008). Además, en algunos niños, aparecen correlaciones entre la práctica musical y la mejora en geometría o las capacidades espaciales cuando el entrenamiento es intenso. Por otra parte, el teatro o el baile desarrollan habilidades socioemocionales como la empatía y son beneficiosos para la memoria semántica. Por ejemplo, al hablar en público se genera noradrenalina, una sustancia que se sabe que interviene en los procesos relacionados con la atención, la memoria de trabajo o el autocontrol.
La prueba
Wandell, B. et al. (2008): “Training in the arts, reading and brain imaging” en “Learning, arts and the brain: the Dana Consortium Report on Arts and Cognition”, Dana Press.
En un estudio con 49 niños de edades comprendidas entre 7 y 12 años se midieron los efectos de la educación artística (en concreto artes visuales, música, baile y teatro) en la capacidad y comprensión lectora. Y se comprobó que la mayor correlación se daba para el entrenamiento musical (ver figura 6):
Fig.6 En el eje horizontal aparecen las horas dedicadas al entrenamiento musical el primer año. En el eje vertical se muestra la mejora en la capacidad lectora entre el primer año y el tercero.
.
Implicaciones educativas
La educación artística debe ser obligatoria. La instrucción musical o el teatro que tantas habilidades sociales, emocionales y cognitivas son capaces de desarrollar deberían de formar parte del currículo y no, como ocurre frecuentemente, quedar como actividades marginales.
Como ejemplo clásico de programa enfocado hacia la educación artística y que asume la multiplicidad de la inteligencia está el Arts Propel. Este programa especializado en la música, el arte visual y la escritura creativa potencia la creatividad y su aplicación ha sido muy satisfactoria (http://www.pz.harvard.edu/research/PROPEL.htm)
Los humanos somos seres sociales porque nuestro cerebro se desarrolla en contacto con otros cerebros. El descubrimiento de las neuronas espejo resultó trascendental en este sentido porque estas neuronas motoras permiten explicar cómo se transmitió la cultura a través del aprendizaje por imitación y el desarrollo de la empatía, es decir, qué nos hizo realmente humanos. Se ha demostrado que los bebés con pocos meses de edad ya son capaces de mostrar actitudes altruistas (Warneken, 2007), por lo que hemos de evitar en la educación la propagación de conductas egoístas fruto de la competividad. El aprendizaje del comportamiento cooperativo se da conviviendo en una comunidad en la que impera la comunicación y en la que podemos y debemos actuar. Cuando se colabora se libera más dopamina y ya sabemos que este neurotransmisor facilita la transmisión de información entre el sistema límbico y el lóbulo frontal, favoreciendo la memoria a largo plazo y reduciendo la ansiedad.
La prueba
Rilling et al. (2002): “A neural basis for social cooperation”, Neuron, 35.
En este estudio se demostró en un grupo de 36 mujeres que cuando cooperaban (modelo del dilema del prisionero) se activaba el sistema de motivación y gratificación de la dopamina, reforzando el comportamiento cooperativo, generándose más altruismo y ayudando a aplazar la recompensa. La implicación de la corteza orbitofrontal en el proceso (ver figura 7) explica por qué a los niños les cuesta demorar la gratificación, dado que el proceso de maduración de esta región cerebral se alarga hasta pasada la adolescencia.
Fig. 7 Activación de la corteza orbitofrontal (izquierda) y del núcleo accumbens (derecha) durante la cooperación en el caso del dilema del prisionero.
.
Implicaciones educativas
La colaboración efectiva en el aula requiere algo más que sentar juntos a unos compañeros de clase. Los alumnos han de adquirir una serie de competencias básicas imprescindibles en la comunicación social como el saber escuchar o respetar la opinión divergente. Además, han de tener claro los beneficios de trabajar en grupo y saber cuáles son sus roles en el mismo.
La escuela ha de fomentar también la colaboración entre alumnos de distintos niveles y la compartición de conocimientos (por ejemplo, mediante presentaciones de trabajos de investigación de los alumnos), sin olvidar la realización de actividades interdisciplinares. Y no hemos de olvidar que la escuela ha de abrirse a toda la comunidad.
Los nuevos tiempos requieren nuevas estrategias y los últimos descubrimientos que nos aporta la neurociencia cognitiva desvelan que la educación actual requiere una profunda reestructuración que no le impida quedarse desfasada ante la reciente avalancha tecnológica. Aunque hemos de asumir que la educación no se restringe al entorno escolar, la escuela y los docentes hemos de preparar a los futuros ciudadanos de un mundo cambiante. Para ello, hemos de erradicar la enseñanza centrada en la transmisión de una serie de conceptos abstractos y descontextualizados que no tienen ninguna aplicación práctica. Nuestros alumnos han de aprender a aprender y la escuela ha de facilitar la adquisición de una serie de habilidades útiles que permitan resolver los problemas que nos plantee la vida cotidiana: un aprendizaje para la vida. Y para ello se requiere inteligencia principalmente socioemocional.
El aprendizaje se optimiza cuando el alumno es un protagonista activo del mismo, es decir, se aprende actuando. Y esto se facilita cuando es una actividad placentera y se da en un clima emocional positivo. Nuestro cerebro nos permite mejorar y aprender a ser creativos y es por todo ello que la neuroeducación resulta imprescindible.
10. Jensen, Eric, Cerebro y aprendizaje: competencias e implicaciones educativas, Narcea, 2004.
11. Jensen, E. (2010): “10 Most effective tips for using brain based teaching and learning”, http://www.ericjensen.com.
12. Lantieri, Linda, Inteligencia emocional infantil y juvenil, Aguilar, 2009.
13. Mora, F. (2011): “¿Qué son las emociones?” en ¿Cómo educar las emociones?, Cuadernos Faros 6.
14. Ortiz, Tomás, Neurociencia y educación, Alianza Edtorial, 2009.
15. Posner, M. et al. (2008): “How arts training influences cognition” en Learning, arts and the brain: the Dana Consortium on arts and cognition, Danna Press.
16. Sousa, D.(2011): “Mind, brain and education: the impact of educational neuroscience on the science of teaching”, Learning Landscapes 5.
17. Spitzer, Manfred., Aprendizaje: neurociencia y la escuela de la vida, Omega, 2005.
18. Temple, E. et al. (2003): “Neural deficits in children with dyslexia ameliorated by behavioral remediation: Evidence from functional MRI”, PNAS 100.
19. Warneken F., Tomasello M., (2007):”Helping and cooperation at 14 months of age”, Infancy 11.
20. Willingham, Daniel, ¿Por qué a los niños no les gusta ir a la escuela?, Graó, 2011